Tan solo yo

Tan solo Yo. Un día como tantos, desperté, sin otro pensamiento más, que el dejar entrar el sol por mi ventana. De a poco la conciencia regaba mi mente aún adormilada, rodé sobre mi esqueleto, buscándote... pero te habías marchado al trabajo. Otra vez será... me dije, esta vez sonriendo. Estaba por el momento solo, con mucho apetito. Encendí la radio. La música fue invadiendo todos los rincones. Me duché rápido, caminé hacia la cocina, buscando algo que calmara mis alborotadas tripas. Prendí una hornalla, busqué una sartén, abrí la heladera, saqué unos huevos, un poco de jamón. Preparé todo con esmero. Di vueltas buscando un malbec, que recordé, algo quedaba, entonces serví un vaso por la mitad... De camino hacia la mesa agarré el sifón. Por el momento, no necesitaba nada más. Ah... sí, unas rodajas de pan. Y en esos instantes sentí, que ya era un hombre afortunado. Congelando ese espacio de tiempo, tan solo para mí. ♣ Autor: Miguel Ángel Acuña - Vientoazul ©...