Alquimia azul

Alquimia azul

Estoy parado frente a ti,
aunque no logres verme.
Tan sólo estoy esperando saber si tú estas lista.
Vale la pena alimentar esperanzas,
porque mi obra se nutre de ellas.

Aunque te cueste creerlo,
sumando Almas con ilusiones,
es como se realimenta el ciclo
de la existencia.
No hay casi, otro secreto.

En la alquimia de la materia,
se sustenta la vida,
pero al resultante,
dale una pizca de espíritu,
y el pincel hará el resto...

Le di a algunas especies
el don de la inteligencia.
Pero tampoco fue suficiente.

Entonces te di el Alma...
Sin ella, tu existencia,
no tendría sentido.

En el juego de la vida,
creí poner todo
hasta saber,
que sin amor
mi obra sería finita e incompleta.

Entonces encendí el motor de la vida.
Y te largué a caminar.

Cuando dices que no tienes nada.
¿A que te refieres?
¿Si te di todo, cuanto más necesitas?
Te di mucho más...

Calor, para encender tu energía.
Alegría para que tengas felicidad.
El dolor, como alarma,
para que cuando te lastimes,
ayude a curarte.
Curiosidad para alimentar tu intelecto.
Los sentidos, como tus herramientas principales,

En tu eterna queja, me di cuenta,
que tenías razón, entonces te di
el libre albedrío.

Después de ti, quedé exhausto,
pero seguro, que el resto seréa más fácil.
Entonces armé el gran acertijo
dentro de la bóveda Estelar.

¿Para qué ponerle fronteras
que tan sólo yo veo?

Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez (Vientoazul) ©


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