Con sabor a Ti

Con sabor a Ti

Mis latidos te presienten…
Los suaves susurros de tu existencia fueron acercándose.
En esta tardecita cálida y gris.
Al sonar el ''ding-dong'' de la puerta. La abrí y estabas allí, de pie, frente a mí...
Radiante. Bella. Diosa. Mi Diosa…
Tu larga cabellera apenas, danzaba con el viento.
Descalza, segura de Ti, en el umbral de mi puerta, con los zapatos y dos copas vacías en
una mano y una botella de espumante en la otra.
Mis párpados de par en par, casi sin parpadear, dejaban pasar mi atónita mirada, casi
incrédula. Charlamos, reímos, cantamos, bailamos.
Parecía que la miel recorría enderredor de tus huesos.
Arrojamos todos los frenos al viento, en esa noche gris.
Me despertaste, de todas las maneras imaginables,
Dándole otra dimensión a ésta, nuestra inspiración.
Con sabor a nosotros, dijimos amarnos.
De vaivenes sin trabas, en todas las curvas.
Con ritmo propio. La música suave, nos endulzaba los oídos.
Bailamos desnudos en esa madrugada, de mil maneras.
Hasta que la lluvia cesó. Caímos casi exhaustos. Sobrevino así la madrugada,
envolviéndolo todo, con sus mantos de calmas y silencios. Entregándonos luego, a un
sueño reparador.
Con las primeras luces del alba, me deslicé de la cama... Para no despertarte. Mientras
lo hacía, contemplé tu dorso desnudo, tan sólo un instante. La sábana negra, te cubría
hasta la cintura.
Me levanté temprano para sorprenderte con un desayuno.
Me volví a acercar y te desperté. Esta vez estabas vestida, solo con una sonrisa…
Al llegar la mañana, te levantaste, tomaste una ducha, desayunamos es un decir,
realmente devoramos con apetito. Luego te vestiste y después de abrazarnos. Tan sólo
un minuto más tarde. Nos dijimos adiós.
Cerraste la puerta detrás de ti. Me acerqué raudamente a la ventana. Te vi subir al
automóvil y alejarte lentamente.
Poco a poco, con el paso del tiempo, supe que me sacaste de los planos y las rectas.
Dándole a mi espíritu una dimensión, casi olvidada.
Me enseñaste de las curvas y de las aceleraciones.
Pasaron algunos años, y siempre que veo el horizonte gris, recuerdo esas noches que
quedaron marcadas: Con sabor a Ti.



Libro: Penumbras en la oscuridad - editado por Tahiel Abril 2016


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