Atardecer en tu piel
Atardecer en tu piel
Caminas
descalza por el patio
de la casa, mientras cuelgas la ropa recién lavada, con los brazos
en alto.
El atardecer
dibuja tu silueta en el suelo.
El horizonte
te mira opacado, con envidia sana, de verte tan bella.
Tu cuerpo
pide una pausa. Ya recostada en la cama, solo dejas la luz tenue de
la lámpara de sal, a su costado queda la taza de té, agotada en tus
labios.
En la
penumbra, lucen desabrochados varios botones de tu camisa blanca, te
sabes seductora, entonces con los ojos apenas cerrados tomas de
manera natural una postura sensual, que inquieta pensamientos.
En la quietud
de la habitación, apenas se nota el flujo de aire que bendice tu
cuerpo.
Y tu merecido
descanso restaura energías que creías perdida.
El ladrido
del ovejero marca el fin del reposo, no esperas a nadie, sin embargo,
el sonido del portón, anuncia la llegada de tu sonrisa.
Comentarios