Miradas perdidas

Miradas perdidas





Miradas perdidas

A veces, cuando el calor no cesa
y la tormenta va creciendo en lo alto del cielo,
mi mente vagabunda, me transporta lejos,
muy lejos… en esos remotos espacios de tiempo.
A veces me lleva a los jardines de esa vieja casona,
que solíamos ver caminando al pasar.
Pero ese día nos vio llegar, escapando de la lluvia
y sedientos de nosotros mismos.
Tu saliste a tomar aire y yo, a pasear el perro.
Atardecer de verano, justo al lado de las rejas, derruidas por el tiempo,
junto al sótano, allí casi olvidado por los hombres,
en ese pequeño resguardo, bajo la saliente del techo,
nos tendimos en el suelo, nos quitamos torpemente las prendas
y juramos amarnos, alli bien cerca, junto a la llovizna,
dejamos mi impronta y tu juventud.
Mientras la brisa crece y tu mirada aún perdura en mis pupilas.
Allí, justo allí, mi mente y mirada, aún están perdidas.

Y ahora el perro al verme tan quieto, no para de ladrar.

Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez – Vientoazul ©


Dibujo: Marta Clavijo(Bellas Artes)

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