Oh mujer


Oh mujer

Ahuequé mis manos
para recibir tu corazón.
Te dí mis dedos
y se los quedó tu cuerpo.
Te presté mis ojos
y se los llevaron tus asimetrías.
Te dí calor
y me dejaste frío.
Dime una cosa mujer,
que alguna vez
desvelaste mis sueños...
Si te hubiera dado mi Alma
¿También te la habrías quedado?
Me siento al final del camino,
como las uvas secas de un viñedo,
en el suelo, totalmente yermas.
Solo que alcancé a rescatar mi Alma,
y por ello te estaré agradecido.
porque podré volver a la tierra,
aunque tan solo me quede
una astilla del brote.

Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez – Vientoazul ©

Dibujo: Marta Clavijo(Bellas Artes)

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