No quise ni preguntar


No quise ni preguntar

Ser hijo a veces no es sencillo. Salí a caminar, a despejar la mente, mi cabeza estallaba, siempre las mismas palabras y los mismos hechos. Eso lo convertía en un "déjà vu".
Mi familia se había empecinado en transitar al límite de lo pensado, diría al borde del abismo.
Parece mentira, no se a quién habré salido, quizá por gustarme las cosas difíciles cambié de rumbo, porque lo fácil habría sido ser como ellos, pero eso no estaba escrito para mí, después de lucharle tanto al destino, solo me quedaba un camino.

A los cincuenta años pensé, merecía algo mejor...
Regresé después de varias horas, un poco cansado, me acerqué a la puerta, y apenas puse las llaves, toqué el picaporte, escuché viejas discusiones, guardé las llaves y me fui, era hora de empezar una nueva vida.

¡No quise ni preguntar!

Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez - Vientoazul - ©

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