El disparador emocional

El disparador emocional

A veces, determinados hechos en los que somos protagonistas se ven opacados o interrumpidos por un disparador emocional del cual no teníamos noticias de que existiera, hasta que estalla en nuestras propias narices. Es en ese momento, y no en otro, cuando se repite el detonador. No podemos evitar dicha reacción porque hay consecuencias y hechos concretos que ocurren después.

Ese disparador genera una reacción que puede ser violenta o no, pero que determina un corte, un cambio de actitud. Sin embargo, nos preguntamos: ¿qué lo generó? Puede ser algo imperceptible, como una mirada, una palabra o un descubrimiento, como enterarnos de una mentira, algo sutil pero imprevisto.


La reacción depende del mayor o menor grado de paz interior o paciencia de cada uno, sin importar si se conoce o no a la otra persona. Por suerte, no todos los disparadores son negativos. A veces, hay reacciones que nos favorecen cuando el hecho que las genera es positivo.

Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez ©

La realidad y la literatura hacen que todo pueda ser más fácil”




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