Carta a nuestra perra



 ◇ Carta a nuestra perra

Nuestra perra y mi alma estaban muy cerca, tan cerca la una de la otra, que parecían vibrar al unísono. Llegó a casa como un regalo para nuestra hija, pero pronto nos conquistó a todos. El amor no conoce de especies. Sintonía de las almas, de géneros distintos, unidas solo por amor, que lo sentimos así porque cuando la mirábamos, sus ojos brillaban. Hemos transitado muchos amaneceres de alegrías y tristezas verdaderas. Una noche, hasta pariste a nuestro lado. Nunca nos preguntó, a su manera, si la queríamos... Era natural que así fuera, sabía que era así porque jugábamos juntos. Estábamos siempre uno al lado del otro, sin dudarlo. ¿Cómo sabe uno que por las venas le corre sangre? Aunque no la vea, uno sabe que está allí. Recuerdo cuando regaba las plantas o debía usar la manguera de la terraza para limpiarla; ella lo intuía porque subía a toda carrera para batallar en dos patas, saltando y mordiendo la lluvia del pico. Qué feliz la hacía eso. Sus ocurrencias siempre eran bienvenidas; la familia le debe muchas sonrisas y mucho amor brindado; su entrega fue total, incondicional. Y por eso siempre te damos las gracias, guardándote en un rincón del alma para cuando seamos viejos, aún poder recordarte.

Raza: cocker inglés, color dorado, apodo Popy.

♣ Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez - Vientoazul.






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