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Mostrando las entradas de mayo, 2016

Puntos de ventas: LIBRO PENSAMIENTO OTOÑAL 2015

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Dibujo (Marta Clavijo) Libro Pensamiento Otoñal 2015 Puntos de venta : LIBRO  PENSAMIENTO OTOÑAL AUTOR VIENTOAZUL   FORMAS DE ENVÍO: - PROVINCIAS : Más el costo del envío por:  -     CORREO ARGENTINO $80 Aprox. - Víacargo (averiguar tarifa del transporte) Se paga el envío al recibir el libro. -  OCA  ( averiguar tarifa)   -  MERCADO LIBRE $1500    hacer click en el siguiente link: http://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-608863640-pensamiento-otonal-vientoazul-libro-de-autor-_JM

Una tarde en Buenos Aires

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Una tarde en Buenos Aires Escuche tus pasos y la alegría invadió mi ser. Las luces se van ocultando detrás de la ventana. Me dejé llevar, el momento era perfecto, no pensé otra opción mejor. En la intempestad de tu ser me vi reflejado. De eso no tengo dudas. Como vino añejo te tomé poco a poco. Dibujando en las paredes de la sala nuestros gozos y sombras danzantes. Yo serví tu copa de vino, tú serviste la mía. Con pequeños sorbos sellamos nuestra tarde, en Buenos Aires. ♣ Libro: Penumbras en la oscuridad - editado por Tahiel Abril 2016 Dibujo: Héctor Álvarez(Bellas Artes)

Tarde de cine

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Tarde de cine Hoy fui al cine, exhibían una película Sueca. La sala formaba parte de un pequeño complejo de cine dedicado a directores menos conocidos. Era la primera sección. Apenas pasado el mediodía. Por la hora, estaba casi vacío, un páramo. Aunque parezca extraño en la sala de cine, era el único espectador. En tantos años de vida, era la primera vez. Las butacas lucían desoladas, yo estaba solo, pero de todas maneras, no dejaba de ser algo triste. Cada tanto recorría con la vista a ambos lados por la falta de costumbre, de estar solo en un ambiente tan espacioso. Luego recordé... Que ni siquiera apareció un vendedor de golosinas. Esto de ocurrir, me hubiera extrañado. Cabe destacar que en otras secciones esta sala hubiese estado casi llena. En poco tiempo, olvide el entorno y disfrute de la película. Lo cual me puso contento. El film planteaba hasta qué punto puede soportar el amor sin quebrarse: ''Muestra la vida tranquila en un pueblo rural. Llega una mu...

Sombras en la noche

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Sombras en la noche Te vi caminando en la oscuridad, de color agua marina ibas vestida. Las pocas luces distantes reflejaban el contorno de tu cuerpo esculpido. De pasos cortos, con andar suave y firme, como si tu destino ya estuviese prefijado. Yo te seguía, apuré los pasos hacia el puente, para no perderte de vista, en la penumbra. Entraste en un bar, hablaste un rato con el barman, fuiste a una mesa apartada del centro del salón, pediste un café, retiraste la silla y te sentaste. Sacaste un papel de la cartera y te quedaste leyéndolo. No me atreví a entrar, así que aguardé afuera, hasta que salieras. La impaciencia me atormentaba, las primeras gotas comenzaban a caer. Primero lentamente y después el aguacero era tan cerrado, que no me permitía ver más allá de unos pocos metros. Logré guarecerme en un zaguán contiguo vacío. Estaba fresco. Había pasado un largo rato. La tormenta amaino, pasé por el bar, pero ya no estabas. Esta espera inconclusa, clavo una astilla profu...

Quince poemas

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Quince poemas Se levantó tranquilo, era una mañana templada, sin viento. El reloj marcaba las diez, de un domingo apacible. El sol estaba casi a pleno, desayunó frugalmente. Saludó a su esposa que, recién despierta, le sonreía, comprendiendo su partida. Subió al auto, y al revés de los días comunes, hoy... No encendió la radio. Hoy, después de dos años de haberla perdido, volvió a visitar sus restos. Se llegó hasta su tumba. Una edificación blanca inmensa, con muchas puertas y ventanas, estaba frente a él. El lugar estaba rodeado de jardines. La puerta de hierro, apenas entornada, dejaba pasar el frío interior, caminó hacia la escalera, casi en penumbras, puso su mano en la baranda y se dejó llevar. Ya en el primer piso, miró a ambos lados, la galería estaba desierta, buscó su nombre, sin dejar de sorprenderse, porque no creyendo aún, ver su nombre en la placa de bronce. Esto golpeaba en su cerebro, impidiendo otros pensamientos. Con firme determinación, se sentó cerca, ...

Penumbras en la oscuridad

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Penumbras en la oscuridad ◇ Penumbras en la oscuridad Mi vida transcurría con normalidad. Tenía una familia (esposa, dos hijos, un gato) y volvía solo en auto del trabajo, como todas las jornadas, escuchando la radio. Regresaba tranquilo a casa, pensando en comprar algo para la cena. Estaba contento porque nos iríamos de vacaciones pronto. Pero, como sucede siempre, la vida nos sorprende. Y entonces todo va bien, hasta que en un abrir y cerrar de ojos, lo inevitable sucede. En una esquina que atravesaba casi todos los días, una ambulancia se cruzó de carril… Y un mes después… Me desperté y descubrí que tenía un día distinto. Creía estar bien, salvo porque me estaban dando el alta en un hospital, había pasado la noche allí, en lugar de hacerlo en mi casa, pero con un detalle que luego me dijeron: fue hace un mes atrás. Pareciera que todo lo acontecido hasta hoy solo quedó en el recuerdo. Las enfermeras curaron mis heridas con paciencia y zurcieron mis penas. Debo agradecer a ...

La noche de los perros mojados

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La noche de los perros mojados La primavera recién comenzaba a mostrarse, no estaba abrigado, lo que me convertía en blanco fácil de las inclemencias del tiempo. Y yo estaba en la edad de la inconciencia. La madrugada velaba mi existencia, eran épocas donde había un paréntesis de tranquilidad. Dejé a mi joven pareja de cabellos dorados, en su casa. Llovía copiosamente, era una noche para estar bajo techo, caminé sobre la vereda de césped austero hasta la esquina, el paraguas más que darme protección, se estaba transformado en una molestia, no obstante seguí con él. Grande fue mi sorpresa, cuando al llegar a un pequeño puente de cemento que debía cruzar, sobre él, irónicamnte se guarecian del agua, no de la que caía, si no de la que estaba estancada por doquier, muchos perros vagabundos, uno cerca del otro, porque no había techos cercanos que los protegiese. El destino se presentaba con una tormenta despiadada, y en ese momento crucial, me dí cuenta, que los perros tenían ...

La carta

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La carta Prólogo: Un hombre enamorado toma conciencia de su amor perdido. No soporta el peso de su dolor y se entrega a un destino desconocido, que le es esquivo. l) La carta. Doblo los espacios y acorto distancias, entonces quiero creer que tú estarás allí, a mi alcance. Pero extiendo las manos, estiro los dedos y aún así, mis yemas no te tocan. Comprendí entonces, que hoy tú sólo habitas en mi mente. Que lo nuestro fue sólo una ilusión. Menudo trabajo me queda por delante. Hacer lo que ningún enamorado desearía siquiera imaginar. Olvidarte. Deberé llevar todo al arcón de los olvidos: El recuerdo de tu carne y tu espíritu, Todos los besos de pétalos. Tus sueños etéreos. Tus palabras envolventes. Tus caricias de algodones. Todo, todo, todo. Me ahogo, de tan sólo pensarlo. ¡Dios, dame fuerzas! Como hacerlo si los recuerdos afloran por doquier. No hay espacio alguno, que los pueda contener y entonces caigo en la cuenta, que cuando creía haber terminado todo, se...

El tiempo pasa mi niña

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El tiempo pasa mi niña La mirada de una niña, que jugaba con su padre, me hizo recordarte, mientras regresaba a casa, después de mi jornada laboral, sentado en un colectivo. En una apacible tarde de Invierno. ''Mirada absorbente si las hay...'' y me refiero a la mirada de los niños, para que no tengan dudas. Oh mi niña hermosa que con tu suave vocecita iluminabas mi Alma, en cada atardecer. Hoy pienso en ti que ya eres toda una mujer. Y me brotan pequeñas gotas de emoción al evocar tu pasado tierno. Al caminar hacia la escuela. Íbamos por el pasillo largo de la casa vieja. Muchas veces te dejé ir delante mío, para congelar en el tiempo, tu andar, era haciendo cabriolas. Con dos trenzas largas y tu impecable delantal blanco. ¡No se puede creer! Hasta tus pies tenían nombre: Valeria y Cristina. Así les puso tu madre. Cuanta ternura, niña mía. A tu regreso, te saltaban las palabras, envolviendo nuestros pasos, con total algarabía. ♣ Libro: Penumbras ...

El patio de mis recuerdos

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El patio de mis recuerdos - Juntos solíamos estar jugando en aquellas tardecitas de invierno. - Las paredes (descascaradas y pintadas una capa sobre otra) rebotaban mis juegos de pelota (toda hecha de cuero natural). Así se hacían las cosas, para que duren… - Pero si parece mentira. ¡Qué patio grande tenía la casa!. - Para albergar todos los sueños, a veces se vestía de fiesta. - Y otras veces el viejo tomaba vermouth con aquellas picadas memorables, que hasta hoy son irrepetibles, en una mesa de pino recién comprada. - Hasta de carnaval se vistió, las bombitas de agua nos silbaban la cabeza. Los juegos parecían grandes batallas que con mis hermanos librábamos entre persiana y persiana, en ellas nos escudábamos. - De risas y lágrimas también se vistió. - De misterio, cada tanto lo hacía, como una noche que estábamos solos, sin nuestros padres. (Venía un hermano, qué algarabía). - Los variados felinos se peleaban en él o al menos es lo que yo creía, detrás de las rendija...

El mensajero

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El mensajero Prólogo: Esta historia nos lleva a reconsiderar qué queremos como destino más allá de la propia vida. Porque a veces nos plantea un camino diferente, para el cual no siempre estamos preparados. Ni siquiera sabemos si existe otra posibilidad. Pero también dependerá si estamos dispuestos a continuar o no, de otra manera. 1 (Regreso a casa) Él trabajaba de noche como sereno, en una fábrica de porcelanas. Un día como todos se encontraba en la parada del autobús. Después de una ardua jornada, regresaba a su hogar, un poco cansado. Ve que llega su autobús lo para, sube, se sienta con ganas. Se acomoda. Escucha mientras viaja, su radio, compañera inseparable. Un viaje normal. En un día templado, como tantos otros, estaba por llegar, así que caminó hacia la puerta y bajó. En la humedad del aire sintió el olor a panadería, que a través de los años sería inolvidable, entró y compró facturas, al salir, vio que estaba amaneciendo. Y sonrió. A veces se cruzaba con al...

Dos minutos antes de nacer

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Dos minutos antes de nacer Prólogo: Es un breve relato(a modo de sátira) de un feto, que antes de nacer, analiza todas las circunstancias que le toca vivir, sus dudas, emociones alegrías y esperanzas. Desde el saco amniótico Espero que les gusten las preguntas, porque estoy lleno de ellas... Tampoco esperen orden, esto es un poco raro. Estoy en un lugar tan pequeño, que apenas me puedo dar vuelta. Pero por lo menos es mía, me refiero a la placenta. Es un tanto asquerosa, imagínense: no hay servicio de ‘‘cleaning unborn’’ aunque descubrí después, que esto era autolimpiante. ¡Que bárbaro! ¿Estaré en el 1er mundo? A veces no sé que pasa a mí alrededor, pues me sacuden todo... También hay mucho ruido, ¿estaré al lado de un desagüe? Menos mal que no es todo el día. Por ahora comer, no parece un problema. Pero ¿se imaginan alimentado por una manguera? Por favor ¡Que asco! A veces, no me siento bien, no sé por qué, tengo angustias o pequeños dolores. Algunas veces pienso... ¡...

Diario de una mutante – Versión 2

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Diario de una mutante – Versión 2 Día 1: Hoy desperté en este lugar en apariencia, muy lejano a mis hermanos y no se por qué. Siento que no pertenezco, ni aquí ni allá, ni a ningún lado, ya no recuerdo mi nombre, mi aspecto, me dice que me nutro de otras tierras, pero yo no lo creo así. Miro mis manos y no encuentro paridad total, sólo veo una difusa y amorfa calamidad que me subsiste. Escucho mi mente y sólo me llegan reclamos insatisfechos de las cosas que no hice, de las cosas que no puedo. Para colmo, no recuerdo los últimos hechos tampoco, y no creo que sea un problema de mala memoria, creo que es esta vida enfermiza que me va transformando el cerebro. El sentido de supervivencia me indica moverme despacio, lo más sigilosamente posible. Tanteo a medida que se van produciendo los hechos, espero que algo por dentro me indique la hora, ya que no dispongo de tiempo extra, y si lo tuviera, tampoco me interesaría aprovecharlo. Las luces del día pasan demasiado rápido, p...

Diario de una Mutante - Versión I

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Diario de una Mutante - Versión I Día 1: Hoy desperté en este lugar en apariencia, muy lejano a mis hermanos y no sé por qué. Siento que no pertenezco, ni aquí ni allá, no recuerdo mi nombre, mi apariencia me dice que me nutro de otras tierras. Miro mis manos y no encuentro paridad total. Escucho mi mente y sólo me llegan reclamos insatisfechos. Para colmo, no recuerdo los últimos hechos tampoco. El sentido de supervivencia me indica moverme despacio, lo más sigilosamente posible. Tanteo a medida que se van produciendo los hechos. No dispongo de tiempo extra. Las luces del día pasan demasiado rápido, para mi gusto. Si bien todo, es bastante parecido a mi origen, hay diferencias sutiles. Donde el agua parece tener otros componentes. Por el presente mi cuerpo parece aceptarla. Analizo momento a momento los hechos. Debo procurarme un lugar cómodo y seguro, antes que llegue la oscuridad. Debo admitir que estoy cansada y si bien estoy lejos de sentir terror, al menos un poco ...

Con sabor a Ti

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Con sabor a Ti Mis latidos te presienten… Los suaves susurros de tu existencia fueron acercándose. En esta tardecita cálida y gris. Al sonar el ''ding-dong'' de la puerta. La abrí y estabas allí, de pie, frente a mí... Radiante. Bella. Diosa. Mi Diosa… Tu larga cabellera apenas, danzaba con el viento. Descalza, segura de Ti, en el umbral de mi puerta, con los zapatos y dos copas vacías en una mano y una botella de espumante en la otra. Mis párpados de par en par, casi sin parpadear, dejaban pasar mi atónita mirada, casi incrédula. Charlamos, reímos, cantamos, bailamos. Parecía que la miel recorría enderredor de tus huesos. Arrojamos todos los frenos al viento, en esa noche gris. Me despertaste, de todas las maneras imaginables, Dándole otra dimensión a ésta, nuestra inspiración. Con sabor a nosotros, dijimos amarnos. De vaivenes sin trabas, en todas las curvas. Con ritmo propio. La música suave, nos endulzaba los oídos. Bailamos desnudos en esa madrug...

Amigo... ¿Dónde estás?

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Amigo... ¿Dónde estás? Esta es una historia real, de una larga amistad, a través de los años. ¿Hasta dónde puede llegar un vínculo humano normal? Una historia común, llena de sentimientos sanos. Compañeros de tareas durante muchos años, sin ser grandes amigos, solían de vez en cuando almorzar juntos, Cuando se daba y también compartían su pasión por el tenis. Jugaban en cercanías de una fábrica de acero, de varias hectáreas. En la zona oeste de Buenos Aires. En la cancha se jugaban todas las pelotas, como si de ello dependiera el futuro. Una rivalidad sana. Ponían todo en cada uno de los set. Al regresar a la oficina, se comentaban los tantos, también se reían, de tal o cual jugada. Pasaron los años, cambiaron de empresas, de ciudades. El destino los fue moldeando, a veces con mano de seda y otras a los golpes. Semanalmente charlaban por chat, se contaban las vivencias, tanto buenas, como malas. También sus planes, sus fantasías, exponían su humor, sus...

Alma de cristal

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Alma de cristal Prólogo: A veces transitamos por este mundo, sin honrar la vida, como si nos pesara el día a día, De manera irresponsable. Mirándonos sólo el ombligo. Sin darnos cuenta de lo que realmente está en juego. Reunión con amigos Lo pasamos tan bien, que la reunión de amigos, Pareció más corta de lo que realmente duró. De pronto todo quedó atrás. Casi, sin darme cuenta, los momentos de festejo pasaron. Poco a poco se me fueron cambiando los planos. Más rápido de lo que pude asimilar. Detrás de la última copa recordaba que hubo otras, Casi estoy seguro. Más juro por mi memoria que no fui consiente, Sé que me conozco, porque la pena es proporcional al problema o la alegría desfachatada se adueña de uno, casi sin culpa. A veces, el pozo donde uno queda atrapado, está lleno de largos momentos de caída libre, en apariencia, sin retorno. En fin, cuando despierte, veré el tenor de mi existencia. Si puedo evaluaré los daños y seguiré adelante. Es como si habitara...

Abigail y Débora

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Abigail y Débora Prólogo: Esta es la historia de dos amigas adolescentes, Abigail y Débora. Transcurren gran parte de sus vidas, en aparente armonía, siempre unidas, casi inseparables. Una de ellas toma pastillas mezcladas con alcohol y fallece (quedando en las tinieblas). Abigail, queda muy apenada, por el dolor de la partida de su amiga. Tanto dolor, la lleva a elaborar un plan, para rescatar el alma Debi. Amistad adolescente Ambas jugaban siempre con una perra ovejero alemán llamada Tempo, que el papá de Abigail le había regalado, para su cumpleaños; Lo amaban hasta la médula. La idea, consistía en darle un mensaje. Todavía no sabía cómo debería hacer, para entregárselo y guiarla hacia su eterno descanso, en el paraíso. ¿Como lo haría? ¡Ni ella lo sabía! Como siempre recordaba, las largas charlas nocturnas, hasta bien entrada la madrugada. Pues, ¡Se contaban la Vida! Les unía la edad, las mismas inquietudes, los errores, las alegrías y anhelos, se buscaban mutuam...

Empatía

◇ Empatía Una tarde serena, con los trinos de los pájaros en pausa, mientras leía sus letras en la galería superior del cementerio, algo llamó su atención. Levantó poco a poco la vista, casi como sin ver, sin agitar el aire. Entonces, algo extrañado, ya no estaba solo. Las almas se estaban acercando, suaves imágenes difusas, no corpóreas, como si llegaran a escuchar relatos o atraídas por su visita y su voz grave. También se le ocurrió, de alguna manera espontánea, con empatía. Sin detener el tiempo, continuó leyendo. No sintió temor alguno; muy por el contrario, una sensación de paz y alivio lo envolvía. Al final de sus relatos, todo era silencio, frío; nada hacía verlos como hechos reales. Sin embargo, él sintió una energía cercana que lo acompañaba... Supo que había abierto un modo distinto de contacto emocional. ♣ Autor: Miguel Ángel Acuña Márquez - Viento Azul © 2019